El certificado digital es una herramienta clave para autenticarte en plataformas online, firmar documentos y realizar gestiones con la administración pública o entidades privadas.
Sin embargo, si no lo proteges adecuadamente, podría ser vulnerable a fraudes y ciberataques. Y seguro que no quieres despertarte un día y descubrir que alguien ha firmado un contrato en tu nombre o ha accedido a tu información confidencial.
¿Qué es un certificado digital y por qué es tan importante?
El certificado digital es como tu identidad en el mundo digital. Es un documento electrónico que te identifica y te permite realizar trámites de forma segura. Ya sea para firmar un contrato online, acceder a una plataforma gubernamental o autenticarte en un sistema empresarial, este certificado actúa como tu “firma” digitalmente reconocida.
Y aquí está el problema: si alguien accede a tu certificado sin permiso, puede hacerse pasar por ti en cualquier plataforma que lo requiera. Imagina que un desconocido entra en tu banco online y realiza transacciones en tu nombre. No es ciencia ficción, es un riesgo real cuando no se toman las medidas adecuadas.
Ahora que ves la importancia de protegerlo, hablemos de cómo puedes aplicar capas de seguridad para evitar algún que otro susto.
Decálogo de buenas prácticas
1. Guarda tu certificado en un lugar seguro.
Piensa en tu certificado digital como en tu DNI o pasaporte. ¿Lo dejarías olvidado en la mesa de un bar? Seguramente no. Entonces, tampoco lo almacenes en cualquier sitio de tu ordenador sin protección.
Si tu certificado está en un archivo descargable, guárdalo en una memoria USB cifrada o en un dispositivo seguro. Pero si puedes, opta por una tarjeta criptográfica o un token de seguridad, que son como una caja fuerte digital.
2. Usa contraseñas seguras y gestores de contraseñas.
«123456» o «admin» no son contraseñas, son invitaciones a que cualquiera acceda a tu certificado. Usa una combinación robusta con letras, números y caracteres especiales. Si te cuesta recordarlas, un gestor de contraseñas puede salvarte la vida (y tu identidad digital).
3. No compartas tu certificado digital.
«Oye, ¿me pasas tu certificado digital un momento?». No. Nunca. Es personal e intransferible. No lo envíes por correo ni lo subas a plataformas en la nube sin protección. Si alguien lo usa indebidamente, tú serás la persona responsable.
A veces, este consejo es difícil de cumplir, por eso, lee el próximo consejo 👇.
4. Si necesitas que tu certificado sea utilizado por otra persona, hazlo con seguridad.
Tu certificado nunca lo debería usar otra persona, pero, sabemos que muchos procesos requieren la firma del administrador o alguien con poderes en la empresa, y estas gestiones las suelen hacer personas sin poderes.
Por eso, ya que vas a prestar a alguien el certificado, hazlo con las mayores garantías posibles.
Utiliza un sistema HSM Cloud o de gestión del certificado en la nube. Te aportará trazabilidad y control sobre lo que se puede hacer con el certificado.
5. Instala software de seguridad y mantén tu dispositivo actualizado.
Imagina que tienes la mejor cerradura del mundo en tu casa, pero dejas la puerta abierta. No sirve de nada. Lo mismo pasa con tu certificado digital si tu ordenador o móvil están desprotegidos. Mantén tu antivirus y firewall activos, y actualiza el sistema operativo para cerrar posibles brechas de seguridad.

6. Revoca y renueva tu certificado en caso de pérdida o sospecha de uso indebido.
¿Has perdido tu certificado o crees que alguien ha accedido a él sin permiso? Revócalo inmediatamente. No esperes a que pase algo grave. Emitir uno nuevo te ahorrará dolores de cabeza y posibles problemas legales.
7. Verifica la autenticidad de los sitios web antes de usar tu certificado.
Recibes un correo que parece oficial pidiéndote que accedas a una web para firmar un documento. Antes de hacer clic, revisa bien la URL. Si tiene errores ortográficos o no empieza por «https://», sospecha. El phishing está a la orden del día y puede costarte caro.
8. Realiza copias de seguridad cifradas.
Si necesitas guardar una copia de tu certificado digital, que sea en un dispositivo seguro y cifrado. No en el escritorio de tu ordenador con un archivo llamado «certificado_digital«. Eso es como poner un cartel que diga «Robar aquí».
9. Mantente informado sobre amenazas y buenas prácticas.
Los ciberdelincuentes no descansan. Cada día aparecen nuevas técnicas de ataque. Estar al día es clave. Sigue fuentes confiables, mantente alerta y, si tienes dudas, consulta con profesionales.
10. Establece una política de uso de los certificados digitales
Y de qué se puede hacer con ellos y dónde se pueden usar. En una empresa con distintos departamentos puede haber varias personas con poderes, varios tipos de certificados y diferentes necesidades.
Analizar, ordenar y organizar te ayudará no sólo a ganar en seguridad, también serás más eficiente.
10 + 1
Si utilizas el certificado digital para firmar documentos, lleva tus procesos al siguiente nivel. Automatiza procesos con certificados específicos para realizar distintas tareas de manera desatendida o firmar documentos en lotes, siempre que cuentes con software apropiados
Conclusiones
El certificado digital es una herramienta potente que agiliza tus procesos de firma y autenticación, pero también es una responsabilidad.
Protegiéndolo bien, evitarás sorpresas desagradables y asegurarás que nadie pueda suplantarte.

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